El viernes, 09 de octubre de 2015 en el CMI Pumarín Gijón Sur y organizado por la Asociación de amigos del fado en Asturias tuvo lugar el concierto de la fadista María Emilia Reis acompañada por Pedro Amendoeira (guitarra portuguesa), y Bernardo Viana (viola), dos grandes acompañantes; el primero consagrado y el segundo, 17 años, un niño prodigio.
El fado no es mi fuerte, voy poco a poco descubriéndolo. Lo veo más como una extensión cultural de Portugal y un buen medio para afinar el oído y mantener el idioma portugués a través de las bellas poesías que lo componen, a veces demasiado quejumbrosas para mi gusto; pero el alma portuguesa está llena de saudade, así que o lo tomas o lo dejas.
Dicho lo anterior, debo decir que me encantó la voz de María Emilia, portuguesa nacida en Brasil y criada el Bairro Alto lisboeta, sazonada por la frescura que le da su juventud.
A buen seguro que no fue su mejor interpretación, pero la versión que hizo de María la portuguesa (de Carlos Cano) me emocionó.
Una curiosidad, en la foto se atisba un tatuaje en el antebrazo de la fadista, apoyado en Bernardo el violista, donde quiere dejar claro su compromiso con esta música, está tomado del fado Destino marcado y su texto reza:
A minha vida renasce
Neste meu canto magoado
Cada um é pro que nasce
E eu nasci para o fado.
Cena posterior, donde hubo algún fado más, cantados por el portugués de Gijón, José Carvalho, y por la propia fadista.
Tuve de compañera de mesa a la ínclita Marina, que es la bisavó del fado, como a ella misma le gusta definirse.
El día anterior al concierto hubo una charla-coloquio: “El mito de Amalia en el siglo XXI ” , organizada por los mismos, que me hubiera encantado asistir, pero el trabajo es lo primero
Fotos del autor.